Miembros del Ejercito Dominicano al mando del coronel Einstein de León de la Oncena Compañía, se mantenían apostados en los alrededores de la zona siniestrada, con la finalidad de evitar la entrada de personas hasta los predios en llamas.
Dos helicópteros de la Armada Dominicana, trataban afanosamente de apagar el voraz incendio lanzando agua sobre las llamas que se extendían en dirección a La Vega.
La humareda se visualizaba y se sentía aunque levemente en los conductores y pasajeros que se desplazaban en dirección norte sur y viceversa.
Desde Loma Miranda la humareda se extendía por toda la región del Cibao central obstaculizando la visión de las lomas que rodean provincias cercanas.